Los niveles de calidad del aire en Campeche son considerados moderados según el Índice de Calidad del Aire (IQ AIR). La principal fuente de contaminación es la partícula PM 2.5, cuya concentración actual es 3.1 veces superior al valor guía anual de calidad de aire establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Estas partículas en suspensión representan una amenaza significativa para la salud al ser inhaladas y absorbidas por la sangre, lo que puede tener efectos adversos.

Durante los últimos cuatro días, los municipios de Campeche, Carmen y Hopelchén han registrado niveles elevados de partículas contaminantes. Se cree que esta situación puede ser atribuida a diversas fuentes, incluyendo la combustión de plantas de energía, incendios forestales, quema de basura, emisiones vehiculares y procesos industriales que generan gases como el dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles.

Según estudios realizados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como parte del Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire del Estado de Campeche (Proaire 2019-2028), se identificó al sector del petróleo y petroquímica como el principal generador de dióxido de azufre (89.8%), metano (86.5%), dióxido de nitrógeno (32.8%) y PM 2.5 (22.3%). Además, estas industrias se encuentran entre las principales fuentes de emisiones de PM10 y carbono negro.

En cuanto a las emisiones de monóxido de carbono, se destaca la contribución de fuentes móviles, especialmente motocicletas, automóviles, taxis, camionetas pick-up y vehículos de carga ligera. Otras fuentes de material particulado incluyen la combustión doméstica de leña, quemas agrícolas y la quema de bagazo en el ingenio azucarero La Joya.

Se han registrado impactos significativos en la salud pública debido a la contaminación del aire, según datos recopilados por la Secretaría de Salud, con un alto porcentaje de casos de Infecciones Respiratorias Agudas reportados. El médico José Andrés Pazos advierte sobre los efectos a corto plazo del contaminante PM2.5, que incluyen irritación en los ojos, la garganta y la nariz, latidos irregulares del corazón, tos, dolor de pecho y dificultad para respirar, así como efectos a largo plazo que pueden llevar a enfermedades respiratorias crónicas, cáncer y otras condiciones graves, e incluso la muerte prematura.

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