Durante más de dos décadas, se ha denunciado el ecocidio que se desarrolla en Campeche, donde la selva ha sido arrasada, su fauna diezmada y sus mares contaminados, sin que ninguna autoridad tome medidas al respecto, afirmó Marco Antonio Rodríguez Badillo, miembro del Grupo Marea Azul.

“Es preocupante que ninguna autoridad mexicana aborde la triste realidad que enfrenta el sureste del país, donde se encuentran las últimas reservas naturales de México, especialmente de agua potable. Lamentablemente, persisten prácticas destructivas como la agricultura intensiva y la ganadería extensiva”, lamentó Rodríguez Badillo.

El activista enfatizó la urgencia de detener el ecocidio, pero señaló que, a pesar de las denuncias de productores y asociaciones civiles, la degradación ambiental continúa sin cesar. Destacó que las grandes transacciones de tierras, especialmente las ejidales, suelen involucrar a la autoridad agraria, lo que sugiere la posible presencia de corrupción en dichas operaciones.

Rodríguez Badillo afirmó que funcionarios corruptos se han beneficiado de las enormes deforestaciones en municipios como Hopelchén, Calakmul, Champotón y Carmen, donde se han realizado grandes transacciones de terrenos.

“Es incomprensible que el Gobierno siga autorizando grandes extensiones de monocultivos en municipios con una importante riqueza forestal, como Hopelchén y Champotón, cuando desde hace décadas no se otorgan permisos para desmontar selvas”, criticó.

El ecologista denunció que la agricultura practicada por grupos como los menonitas y otros grandes productores es altamente perjudicial para el medio ambiente. Afirmó que las autoridades y los ejidatarios que les venden o rentan tierras son conscientes de este daño, pero permiten su continuación debido a acuerdos que incluyen la explotación de recursos forestales durante los desmontes, desde la madera hasta el carbón.

Según Rodríguez Badillo, estos grupos agroindustriales no cambiarán sus métodos de producción ni reconocerán el daño ambiental que causan, por lo que es crucial intervenir para detener el daño.

Sobre las afectaciones a los recursos forestales por la agricultura intensiva y la ganadería extensiva en las últimas décadas, el ecologista lamentó que, aunque se han realizado investigaciones académicas al respecto, los resultados rara vez se divulgan.

Según el portal Global Forest Watch, en la última década, Carmen perdió 271 mil hectáreas de manglares, mientras que las afectaciones al macizo forestal van desde 219 mil en Champotón, 213 mil en Hopelchén, 38 mil 300 en Campeche y 14 mil 100 en Tenabo. Campeche cuenta con una extensión de 5 millones 759 mil hectáreas, de las cuales 4.4 millones están cubiertas por ecosistemas tropicales, incluidas 196 mil hectáreas de manglares, según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

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