Por estrategia, los presidentes de los tres partidos políticos que impulsan la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez no aparecerán en la mayoría de sus eventos, solo en aquellos en los que se debe reafirmar la pertinencia de la coalición.

La decisión fue consensuada entre la candidata y los líderes del PAN, PRI y PRD, sin menoscabo de la importancia que tiene el apoyo partidista.

De hecho, los eventos que ha tenido Xóchitl han sido organizados y promovidos por las estructuras partidistas, sobre todo la del PRI, que es el único partido que tiene comités seccionales en todo el país.

Gálvez ha aparecido como una candidata cuasi ciudadana, como era su intención desde el principio, y por eso es por lo que casi no hace referencia en sus intervenciones a los partidos que la ayudan.

Pero tras cada evento, hay una movilización de las estructuras de panistas, priistas y perredistas, que organizan y sostienen las actividades de la hidalguense.

Así que quienes critican la ausencia de Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano en los eventos de la candidata opositora, lo hacen por desconocimiento.

De hecho, quienes hacen esas críticas le hacen un favor a Gálvez pues la “desligan’’ de la triada partidista, de la cual, sin embargo, depende estructuralmente.

Ahora toca el turno de que Gálvez vaya incorporando a su discurso las propuestas de las agendas partidistas y las ciudadanas que se recogieron en los diversos foros que se realizaron antes de su destape oficial.

Xóchitl ha tenido una evolución notable en su desempeño al frente de auditorios numerosos, si se compara con el que tuvo hace unos meses en el periodo de precampaña.

Ya va siendo hora de que meta el acelerador pues 90 días de campaña parecen muchos, pero ya pasó la primera semana y, salvo algunos chispazos declarativos, no ha habido grandes cambios.

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En Morena hubo un raro rasgo de coherencia al impedir que la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, participara en la encuesta en busca de su reelección.

Hernández es la persona que se ve platicando cómodamente con el líder de “Los Ardillos’’, en un restaurante, a pesar de que ese grupo es el que tiene aterrorizada a la capital guerrerense.

Controlan los precios de los productos básicos, de la carne, del pollo, de los refrescos, cobran derecho de piso a todos los negocios y se han cebado en el transporte público, cuyos choferes han sufrido asesinatos cada semana.

Aún con este escenario, la presidenta municipal quiso reelegirse, pero alguien en Morena con sentido común le cerró el paso.

¿Qué pasará con ella cuando termine su trienio? ¿La investigarán o todo quedará entre cuates?

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En donde si no pudieron librarse de la reelección es en Acapulco, en donde Abelina López Rodríguez buscará repetir en el cargo, pese a su muy notoria incapacidad para hacerle frente a los problemas del puerto.

Abelina López, por si no lo recuerda, reconoció, cuando era diputada federal, que ella había sobornado a un juez para obtener un fallo judicial a favor de su cliente y aunque quiso corregir sus dichos, el daño ya estaba hecho.

Ya como presidenta municipal dijo que el alto índice de homicidios en el puerto se debía “a la calor’’ y cuando Otis hizo garras la ciudad, sacó a relucir en toda su magnitud su incapacidad para coordinar las acciones de rescate.

Los acapulqueños tendrán la posibilidad de botarla o votarla; ya tuvieron tres largos años para padecerla, perdón, para conocerla.

       @adriantrejo

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