En la temporada de Cuaresma, un periodo tradicionalmente marcado por un aumento en el consumo de pescado y mariscos debido a la vigilia, los comerciantes del muelle del “7 de agosto” han observado una notable disminución en las ventas en comparación con años anteriores. Este fenómeno preocupa a personas como Iván Carillo Caamal, un comerciante local, quien atribuye esta reducción en la demanda al cambio en las preferencias alimentarias de las nuevas generaciones, especialmente de aquellos que residen en áreas urbanas.

Actualmente la mayoría de las personas adultas y jóvenes no respetan la tradición, ahorita comen pollo, puerco, los únicos que siguen la tradición es la gente de las localidades

Iván Carillo / Comerciante

Según Carillo Caamal, muchas personas, tanto jóvenes como adultos, ya no siguen la tradición de consumir pescado y mariscos durante la Cuaresma. En lugar de ello, optan por alimentos como pollo y cerdo. Esta tendencia contrasta con la práctica arraigada en las comunidades locales, donde la observancia de la tradición es más común. La pérdida de interés en los productos del mar por parte de las generaciones más jóvenes está afectando significativamente a los comerciantes del muelle, quienes dependen en gran medida de las ventas durante esta temporada para su sustento.

Además de los cambios en las preferencias de consumo, los comerciantes también se enfrentan a desafíos logísticos. La reciente escasez de productos del mar se atribuye a los frentes fríos que han impedido a los pescadores salir a trabajar y han provocado el cierre de puertos. Este obstáculo ha reducido drásticamente la disponibilidad de pescado y mariscos en el mercado local.

Anteriormente, los comerciantes del muelle solían poner a la venta hasta 200 kilos de pescado, pero en estos días apenas alcanzan entre 100 y 130 kilos, lo que representa una disminución del producto en un 30 por ciento. Esta reducción en la oferta ha generado preocupaciones adicionales entre los comerciantes, quienes temen que las condiciones climáticas desfavorables persistan y los obliguen a realizar ajustes en los precios para compensar sus pérdidas.

Carillo Caamal señala que es probable que en los próximos días se registre un incremento en el precio de los pescados y mariscos debido a la escasez de productos y al aumento de los costos de operación. Por ejemplo, el chacchi, que solía venderse entre 50 y 100 pesos por montón, ahora podría aumentar de precio. Del mismo modo, la Sierra, la corvina y el filete también podrían experimentar aumentos significativos en sus precios actuales.

El aumento previsto en los precios se debe a varios factores, incluidos los costos adicionales asociados con la adquisición de combustible, hielo, aceite y otros insumos necesarios para la pesca y la venta de productos del mar. Estos costos adicionales representan una carga financiera considerable para los pescadores y los comerciantes del muelle, quienes se ven obligados a trasladar estos gastos adicionales a los consumidores finales a través de un aumento en los precios.

Este año presenta desafíos significativos para los comerciantes del muelle del “7 de agosto”. La disminución en la demanda de pescado y mariscos, combinada con la escasez de productos y los costos operativos crecientes, está afectando negativamente a la economía local y generando preocupaciones sobre el futuro de este sector.

Precios actuales

PescadoPrecio
Filete  $150  a 180 el kilo
Sierra$130 a 150 kilo
Corvina$100 el bulto
Chacchi$50 a $100 el montón

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