El martes de “pintadera” en la tierra campechana es una celebración que marca el cierre de las festividades del carnaval con pintura de colores y una tradición arraigada en lo más profundo de nuestra comunidad. Este día, que precede al Miércoles de Ceniza, ha sido es momento de alegría.


Acompañado de la pintadera, igualmente, en algunos pueblos y barrios tradicionales se habilitan los famosos “toldos“, donde se reúnen vecinos o familias para pasar este día juntos. En algunos lugares aún se lleva a cabo el “toro petate“, aunque poco a poco esta tradición se ha ido perdiendo.

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La esencia misma de la “pintadera” reside en su capacidad para unir a las familias y a la comunidad en una explosión de entusiasmo y color. Las calles se llenan de personas pintadas de pies a cabeza, cada una con su propio diseño y estilo, pero todas compartiendo la misma energía festiva. Los pañuelos multicolores, empapados en pintura de agua, se convierten en instrumentos de celebración, ondeados en el aire como estandartes de una tradición arraigada.

Aunque la “pintadera” ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a los cambios en la sociedad y en la forma en que celebramos, su espíritu sigue siendo el mismo. Si bien antes las familias se congregaban en grandes bailes y se empapaban en sus hogares, hoy en día se instalan toldos en diferentes puntos de la ciudad para dar cabida a esta festividad. A pesar de estos cambios, la esencia de la “pintadera” como una oportunidad para expresar alegría y compartir con la comunidad permanece inalterada.

El Carnaval de Campeche, con más de 400 años de historia, es una de las celebraciones más antiguas de México, y el martes de “pintadera” es una parte fundamental de esta tradición arraigada en la identidad de nuestra tierra. Mientras algunos se entregan al juego de la pintura, otros disfrutan de actividades como el “toro petate” y las melodías contagiosas de los grupos musicales que amenizan la última gran fiesta carnavalesca.

Es importante destacar que, aunque la mayoría se suma a la celebración de la “pintadera”, algunos optan por quedarse en casa con sus familias para disfrutar del último día de las festividades de manera más tranquila. Para garantizar que la celebración se desarrolle de manera ordenada y segura, el Ayuntamiento de Campeche otorga permisos para la instalación de toldos y el cierre de calles en los puntos clave de la ciudad donde tiene lugar este colorido evento.

En resumen, el martes de “pintadera” es más que una simple festividad; es una manifestación de la identidad y la comunidad campechana. A través de sus colores vibrantes y su espíritu festivo, esta tradición sigue viva, resistiendo el paso del tiempo y manteniendo su lugar especial en el corazón de quienes llamamos a esta tierra nuestro hogar.

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