El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, desafió las probabilidades al enviar ayer a la Cámara de Diputados un paquete de 20 iniciativas para reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a pesar de no contar con los votos necesarios para su aprobación en el Congreso.

Dentro de este conjunto de propuestas, 18 requieren una mayoría calificada, es decir, el respaldo de dos tercios de los legisladores presentes en ambas cámaras, un porcentaje que el partido gobernante, Morena, y sus aliados no poseen. Sin embargo, dos iniciativas, la de simplificación orgánica y la de Pensiones del ISSSTE, podrían ser aprobadas con una mayoría simple, la cual sí está al alcance de Morena y sus aliados.

Destacando entre las propuestas, el presidente busca modificar el Poder Judicial con la intención de asegurar la permanencia de las leyes aprobadas, proponiendo el principio de “presunción de legitimidad y constitucionalidad” de las normas para evitar su revocación por la Suprema Corte. Además, plantea la destitución de varios cargos judiciales, los cuales serían elegidos mediante voto directo en elecciones convocadas para junio de 2025.

En el ámbito electoral, López Obrador retoma su propuesta de reforma para transformar al INE en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), elegir consejeros por voto popular, reducir financiamiento a partidos y eliminar representación plurinominal en el Congreso. Esta iniciativa, ya presentada anteriormente en abril de 2022 sin éxito, resurge ahora.

En consonancia con sus planteamientos, el presidente también busca la desaparición de siete organismos constitucionalmente autónomos, con el objetivo de transferir los ahorros

Karina Aguilar, Jorge X. López y Ángel Cabrera 

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