El martes pasado, Donald Trump logró una victoria significativa al derrotar a Nikki Haley en las primarias republicanas de New Hampshire. Este triunfo refuerza su posición y le allana el camino para buscar un segundo mandato en las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, donde se espera que se enfrente al demócrata Joe Biden.

Las proyecciones de las televisiones estadounidenses, basadas en el escrutinio de más del 60% de los votos, indicaron que Trump obtuvo el 54% de los sufragios, mientras que su exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, alcanzó el 44%. A pesar de la derrota, Haley felicitó a Trump por su victoria en el pequeño estado del noreste, pero subrayó que “la carrera está lejos de haber terminado”.

Advirtió a los republicanos sobre las implicaciones de elegir a Trump como candidato, considerando que sería una “victoria para Biden” en las elecciones generales del 5 de noviembre. Esta observación sugiere que la contienda interna en el partido republicano podría tener consecuencias significativas en la elección presidencial final.

Donald Trump, de 77 años, ha expresado su determinación de vengarse de Joe Biden desde su derrota electoral en noviembre de 2020, la cual nunca ha reconocido. A pesar de enfrentar cuatro juicios penales y varias demandas civiles en su contra, el magnate inmobiliario continúa con su objetivo de regresar al poder.

En un discurso tras su victoria en las primarias, Trump reiteró su desdén hacia Biden, instando a su rival a retirarse de la contienda. Además, criticó fuertemente al actual presidente, calificándolo como el “peor de la historia” de Estados Unidos y acusando al país de estar en decadencia bajo su liderazgo.

La base de seguidores fieles de Trump sigue siendo un factor clave en su éxito, como lo demuestra su victoria en las primarias de Iowa el 15 de enero, donde superó con gran ventaja a otros candidatos republicanos como Ron DeSantis y Nikki Haley.

Un partidario ferviente de Trump, Luis Ferre, de 72 años, expresó su apoyo al expresidente argumentando que es un “capitalista dirigiendo un país capitalista”, una perspectiva que considera fundamental para el futuro de Estados Unidos. Esta narrativa resalta la polarización política y la importancia de las ideologías económicas en el escenario político actual.

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