El gobierno y el principal grupo de disidentes de la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que no firmaron la paz en 2016, instalaron ayer en Tibú una mesa de negociaciones con miras a desmovilizar a unos 3 mil 500 rebeldes y poner fin definitivo a su insurgencia armada en Colombia.
“Hoy damos formalmente por instalado este paso dentro de la política de paz, dentro de la política de la vida: el paso de la fase dialógica”, anunció Danilo Rueda, Alto Comisionado para la Paz, ante los delegados del presidente Gustavo Petro y del llamado Estado Mayor Central (EMC), principal disidencia de las antiguas FARC.
En Tibú, uno de los municipios más conflictivos del país, que linda con la frontera con Venezuela y está rodeado de narcocultivos, se reunieron delegados del presidente Gustavo Petro y cabecillas guerrilleros.
“En nombre de todas y todos los guerrilleros de las Farc (…) ratificamos ante todos ustedes nuestros delegados a la mesa de diálogo con el gobierno nacional”, dijo a su turno alias Andrey Avendaño, jefe de la delegación de las disidencias de las FARC.
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Paralelamente, regirá un fuego bilateral nacional por tres meses, “a partir de las 00:00 horas del día 17 de octubre de 2023 hasta las 24:00 horas del día 15 de enero de 2024”, según decretó el Ministerio de Defensa.
Camilo González Posso, jefe de la delegación del Gobierno en la mesa, resaltó que el cese al fuego propende por “respetar la vida en todas sus formas” y “evitar afectaciones a la población civil”.
Horas antes de la instalación de la mesa, el presidente Gustavo Petro escribió en X que Colombia espera dar un mensaje de Paz.
“No podemos lanzar un mensaje coherente de paz al mundo si nos matamos entre nosotros mismos”, agregó.
Al encuentro asistieron los elegidos por el mandatario izquierdista para disolver mediante el diálogo al EMC.
Con información de: 24 Horas Nacional
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