El 22 de agosto de 1980, Campeche y en particular las zonas vecinas de Isla Aguada y Ciudad del Carmen fueron testigos de un mortal accidente, el mayor del estado, el hundimiento de la panga.
La noticia conmocionó a nivel nacional e internacional , aunque oficialmente se informó de 50 muertos, quienes colaboraron en el rescate señalaban más de 150 personas fallecidas, aunque nunca se sabrá con certeza el número exacto.
Hundimiento de la panga en Ciudad del Carmen Campeche
Ese día, el clima era desfavorable, se registraba una de las muchas turbonadas con lluvia, lo que hacía que los cruces fueran lentos y peligrosos. Las olas eran implacables y ponían en riesgo la seguridad de la panga y de todos los que estaban a bordo.
La embarcación transportaba automóviles con familias enteras, camiones de carga y autobuses que llevaban pasajeros de Campeche y Mérida; los viajes eran entre Isla Aguada y Puerto Real.
Capitán de la embarcación y las luces de Isla Aguada
El capitán de la embarcación, ansioso por alcanzar las luces de Isla Aguada, observaba con preocupación cómo las olas balanceaban peligrosamente la panga y el agua del mar barría la cubierta. Estaban cerca de su destino, solo debían esperar un poco más para llegar a tierra firme.
Aproximadamente a las 21:00 horas y a pocos metros de la costa, se desató el terror entre todos los presentes al vivir la tragedia.
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La panga fue sorprendida por una ola que la sumergió de frente en el agua. Aquellos que estaban a bordo se vieron obligados a lanzarse al mar y luchar contra las violentas olas en un intento desesperado por nadar hacia tierra firme.
En el muelle de Isla Aguada, alguien dio la voz de alarma y no dejaron de gritar: “¡La panga se hunde, la panga se hunde, vengan todos!”
Unos 200 metros separaban a los náufragos de tierra firme, y muchos intentaron rescatar a los pocos que lograban mantenerse a flote. La gente observaba horrorizada la desgracia, mientras los gritos provenientes del mar se mezclaban con los de aquellos que se estaban ahogando.
En los muelles de ambos lados se aglomeraron voluntarios, ambulancias y fuerzas policiales con las sirenas encendidas para ayudar en la tragedia de Campeche.
Aunque hubo algunos sobrevivientes, su número fue muy reducido en comparación con los que habían abordado la panga. Con el paso de las horas, no dejaban de recuperarse cuerpos inertes del agua, la cifra aumentaba: 50, 55, 60, 80, de repente ya eran 100,no se tenía un número preciso sobre ello.
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