frida

El dolor físico, las operaciones, los tres abortos que sufrió la artista, y su capacidad para reflejar todo eso en su obra, mediante la reutilización de los exvotos católicos, los retratos frontales, las lágrimas, la sangre, son temas que el director Giovanni Troilo aborda en el documental Frida: Viva la vida que se estrena mañana en Francia.

Desde su muerte en 1954, la mexicana Frida Kahlo se ha convertido en un icono artistico y feminista, objeto de fascinación, de récords en las subastas y que ahora es objeto de estudio en el documental que cuenta con imágenes inéditas.

Esta producción aborda, mediante la voz y la presencia de la actriz Asia Argento, el itinerario de una mujer que reivindicó a partes iguales el México popular e indígena y las nuevas corrientes artísticas en boga en la Europa de entreguerras.

«Elegimos hablar de dos Fridas, una sobre su relación entre el dolor y el arte, y otra, su descubrimiento de las raíces de México, de la importancia de ese arte precolombino en su obra», explicó el director del documental, Giovanni Troilo, en entrevista telefónica con una agencia de noticias francesa.

El documental muestra fotografías y objetos apenas conocidos, ya que se encuentran en los fondos del Museo Frida Kahlo, la famosa Casa Azul de Ciudad de México, que se ha vuelto uno de los tres museos más visitados en el país.

También la omnipresencia de Diego Rivera, el pintor con el que se casó dos veces, al que retrató por igual como un amante y como un niño.

Destacan las imágenes que rodó la fotógrafa Lola Álvarez Bravo en los años 1930, con Frida acompañada de Tina Misrachi, hija de un famoso galerista de la época.

Ambas hablan, Frida la besa ligeramente, y luego la artista cierra la puerta, mirando de frente a la cámara, sin pestañear.

REALIDAD COMPLEJA

Toda una declaración de intenciones de una mujer que sufrió las constantes infidelidades de Rivera, pero también disfrutó las suyas, con hombres y mujeres.

«Después de este viaje, tengo la idea de que (Frida) sabía perfectamente que estaba escribiendo su diario, pintando, para nosotros, para el futuro», explica Troilo.

Frida y su bisexualidad se volvieron una reivindicación feminista, aunque en opinión de la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, la realidad fue más compleja de lo que parece.

«Era una mujer con mucha libertad, como Diego, de tener relaciones sexuales con quien quisiera. Pero siempre, para mí, sumisa a Diego», opina Iturbe, fotógrafa en el documental, que muestra imágenes inéditas de partes de la Casa Azul que estuvieron cerradas durante medio siglo, hasta 2004. Cuando fueron reabiertas, el baño estaba lleno de objetos personales de Frida, intactos.

 

Inician las celebraciones del Día de Muertos en CDMX

Frida y Diego rompieron moldes en el México de los años 30 y 40. Ella adoptó las vestimentas indígenas, él la ideología comunista, que no le impidió sin embargo pintar cuadros y murales en Estados Unidos, muy bien pagados por la élite del país.

Décadas después, Frida Kahlo se acaba de convertir en la artista latinoamericana más cotizada, con la reciente venta en Nueva York del autorretrato Diego y yo (1949), por casi 35 millones de dólares.

El estreno del documental en Francia coincide también con otra gran exposición, con un título muy similar ¡Vida la Frida!, en el museo Drents de la ciudad holandesa de Assen, con más de 40 obras, la cual fue inaugurada el pasado 8 de octubre por la reina Máxima de Holanda, fiel admiradora del papel que jugó Frida en la historia, incluso respecto al feminismo.

Se exhiben por primera vez juntos objetos del Museo Frida Kahlo y la colección de pinturas y dibujos del museo Dolores Olmedo.

Lo que debes saber:

Destacan las imágenes que rodó la fotógrafa Lola Álvarez Bravo en los años 1930, con Frida acompañada de Tina Misrachi.

La lente de Graciela Iturbe muestra en este documental imágenes inéditas de partes de la Casa Azul que estuvieron cerradas durante medio siglo, hasta 2004.

El estreno del documental en Francia coincide también con otra gran exposición, con un título muy similar ¡Vida la Frida!, en el museo Drents de Assen, Holanda

El arte es un salvavidas