POMUCH, Hecelchakan. – Limpiar los restos de sus seres queridos que se adelantaron en el camino es una costumbre y tradición que aún perdura entre los habitantes de villa de Pomuch, en vísperas de celebrar a los fieles difuntos.
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En ésta tarea que se hace con mucho respeto se extraen los huesos del osario que se encuentra en una caja para hacer la limpieza correspondiente, cambiándole de tela nueva para ubicarlo de nuevo en la morada eterna.
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En un recorrido en el campo santo de esta localidad, se pudo comprobar la costumbre de la limpieza de los restos de familiares fallecido. Y que llegado el día de muertos o el Hanal Pixán, las almas lleguen limpiecitas para participar en esta celebración a donde se ubican los altares en cada uno de los hogares.
Doña Paula Chi Balám, junto con Alicia Balám, Candelaria Pech Uc y Saturnino Balán, comentaron, mientras limpiaban los restos de un ser querido, que como todos los años acuden al cementerio general a cumplir con esta tradición y costumbre. Y es así que realizan la labor de cambiar la tela nueva y así celebrar a gusto el Hanal Pixán.
Ellos señalaron que la limpieza de sus muertos es para que los difuntos lleguen contentos a “visitarlos”.
Saturnino Balám, mostró una caja de restos de un familiar, que había sacado de un osario y comentó que en Pomuch, la gran mayoría de los habitantes llegan a limpiar los huesos de sus seres queridos.
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Dijo que “nosotros no tenemos por qué tener miedo y sabemos que ellos, aunque físicamente no están con nosotros, están viendo que aún los recordamos por eso nos va bien siempre”.
En esta tarea de limpieza de restos, se utiliza una tela nueva, muchas veces bordada y que en el mayor de los casos están las iniciales del ser querido.
Algunas familias que no tienen el tiempo de hacer esta labor o simplemente no les gusta, pagan la cantidad de 30 pesos para que les realicen estos trabajos.
Los que de plano no acuden en esta limpieza y no se acuerdan de sus seres queridos son los que practican alguna religión distinta a la católica. Sin embargo, se respeta esta decisión, pero la gran mayoría de los Pomuchenses reciben las almas de sus seres queridos con el mismo entusiasmo de siempre.