De vuelta tras su esguince de tobillo, Stephen Curry comandó el sábado con 31 puntos el triunfo de Golden State Warriors 128-121 frente a Los Angeles Lakers, que sufrió la lesión de Anthony Davis.
El pívot, una de las dos estrellas del equipo junto a LeBron James, abandonó el partido en el primer cuarto al recibir un golpe en el ojo izquierdo del joven Trayce Jackson-Davis en una entrada a canasta.
Davis se retiró con 8 puntos en 12 minutos de juego. LeBron asumió después todo el protagonismo ofensivo de los Lakers con 40 puntos y 9 asistencias que resultaron insuficientes para volver a batir a Warriors frente a su público.
“Es una gran victoria para nosotros”, se felicitó Curry. “No recuerdo la última vez que ganamos aquí contra ellos”.
El base, de 36 años, se había perdido los tres últimos partidos por lesión. Su regreso fue providencial para los Warriors ya que sólo han ganado uno de los seis partidos en que no contaron con Curry esta temporada.
“Siempre van a hablar de mí y de él”, dijo Curry sobre su rivalidad con LeBron James, con quien se enfrentó en cuatro Finales seguidas entre 2015 y 2018.
“Pero esta noche se trataba de todo el grupo. Se necesita un equipo entero para ganar y lo necesitábamos… lo necesitábamos mucho”, subrayó.
Draymond Green contribuyó con 12 rebotes y 13 asistencias y Jonathan Kuminga añadió 23 tantos para Golden State.
El partido se detuvo varios minutos cerca del final por un mal funcionamiento del reloj de posesión.
“Nunca he visto eso en mi carrera. Normalmente tienen un reloj de reserva o algo así”, dijo un extrañado Curry.
Con este triunfo Warriors ocupa la novena posición de la Conferencia Oeste, una por encima de los Lakers.
AFP