La prensa estatal de Cuba ha confirmado que se ha solicitado el apoyo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para asegurar el suministro de leche para los niños.
En un contexto económico complejo, Cuba ha pedido la asistencia del PMA para adquirir leche en polvo y así garantizar el abastecimiento a los niños cubanos, según informó el portal oficial de noticias Cubadebate.
Gracias a la gestión de esta agencia de Naciones Unidas, se espera la llegada en los próximos días de un barco procedente de Brasil con 375 toneladas de leche en polvo, asegurando la distribución para niños de entre cero y seis años.
Durante décadas, el gobierno cubano ha subsidiado la leche a precios muy bajos para niños menores de siete años y enfermos. Sin embargo, en los últimos años ha habido dificultades para proporcionarla en su totalidad.
En medio de esta situación, en febrero las autoridades admitieron no haber podido entregar la leche correspondiente a ese mes a través de la libreta de abastecimiento, a la que todos los cubanos tienen acceso.
La ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, informó entonces a la prensa local que solo podrían garantizar el equivalente a 10 días para niños de seis meses a dos años, y medio kilo para 5 días para niños de 2 a 6 años.
Para hacer frente a esta situación, Cuba ha adelantado la compra de 500 toneladas de lácteos en Estados Unidos, pagando por adelantado y en efectivo, condiciones impuestas por Washington a la isla para ciertos productos. También se han adquirido 245 toneladas de Canadá, 500 más de Brasil y 600 de otros proveedores, según Cubadebate.
Desde 2021, las tiendas privadas también venden leche, pero su precio es demasiado alto en relación con el salario promedio en el país.
En medio de la peor crisis económica en tres décadas y una inflación del 30% en 2023, según cifras oficiales, Cuba enfrenta dificultades para producir e importar alimentos básicos.
A finales de febrero, las autoridades también reconocieron restricciones financieras y logísticas para asegurar el suministro de trigo para el pan de la canasta familiar.
La falta de harina se atribuye al retraso en la llegada de los barcos con trigo que Cuba compra en el exterior, así como al funcionamiento limitado de los molinos en el país. De los cinco molinos, solo uno está en funcionamiento, produciendo 250 toneladas diarias frente a un consumo de 700 toneladas.
El gobierno informó en septiembre que importa prácticamente el 100% de los alimentos de la canasta familiar.