"La democracia no es realmente efectiva si no da a los gobernados el poder de decidir el destino del país, si no se permite que la sociedad participe y se deja a los gobernantes que tomen las decisiones que deben competer a la ciudadanía", señaló Lirio Guadalupe Suárez Améndola exconsejera presidenta del IEEC. Credit: Especial.

Lirio Guadalupe Suárez Améndola, exconsejera presidenta del IEEC señaló que las elecciones deben obedecer al voto del pueblo y no a intereses particulares

A pesar de la amenaza de lluvia, alrededor 250 ciudadanos tomaron las calles del Centro de Campeche, para participar en la denominada “Marcha por la Democracia”, que entre otros propósitos tiene exigir la no intervención del gobierno en las próximas elecciones del 2 de junio, el ejercicio libre del voto, así como la defensa de organismos

La marcha de este domingo inició a las 10:15 horas y participaron en ella ciudadanos sin partido, representantes y miembros de asociaciones civiles, así como algunos militantes y políticos notables de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática.

El punto de partida del contingente fue el parque San Martín, luego abordaron el Circuito Baluartes, para finalizar en el cruce de las calles 18 y 59, frente a la Puerta de Tierra.

Al finalizar la marcha se realizó un mitin, donde la principal oradora fue Lirio Guadalupe Suárez Améndola, exconsejera presidenta del Instituto Electoral del Estado de Campeche (IEEC), quien fuera destituida por el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE),  el 18 de enero del 2024.

“La opacidad, la lucha por los intereses particulares por encima de los intereses colectivos, la lucha por el poder de destruir en lugar del poder de construir; la violencia, la intromisión de poderes ajenos o del crimen organizado son riesgos que empañan nuestra democracia”, alertó Suárez Améndola.

Frente a la Puerta de Tierra destacó que “los valores de una sociedad democrática están sustentados en la participación ciudadana cuyo mecanismo fundamental es el sufragio efectivo para elegir a los gobernantes, los cuales se deben a los intereses del pueblo y no a sus intereses particulares”.

La extitular del IEEC sentenció: “la intromisión del aparato de gobierno en los órganos electorales, el ahorcamiento financiero de las instituciones autónomas y la exclusión de la sociedad en la toma de decisiones, son acciones que deben despertar la alerta de la sociedad organizada porque son la señal del incipiente secuestro de nuestra democracia”.

“Sin embargo, el derecho de votar y ser votado, si bien son la base de los derechos político-electorales y una democracia efectiva, no es suficiente para sostener un Estado de Derecho en donde el poder debe ser ejercido por el pueblo que debería tener el derecho de participar en la toma de decisiones con igualdad y equidad”.

“La democracia no es realmente efectiva si no da a los gobernados el poder de decidir el destino del país, si no se permite que la sociedad participe y se deja a los gobernantes que tomen las decisiones que deben competer a la ciudadanía”, dijo la extitular del IEEC.

También expuso que “si bien la forma de Gobierno en México es a través de la democracia representativa, eso no significa que nuestros representantes puedan actuar al arbitrio y de forma caprichosa al margen de la ley o torciéndola para cumplir sus propios fines. La creación de leyes a modo para favorecer a unos cuantos por encima de la mayoría, no es la forma en que nuestra democracia debería funcionar”.

También intervino en el mitin, el profesor investigador Rodrigo León Olea, quien dijo que el Instituto Nacional Electoral, la Suprema Corte de Justicia que con su autonomía protege la integridad de la Constitución, el sistema nacional de transparencia, así como las instituciones que garantizan la representatividad plural en la construcción de nuestra nación.

“Hoy México tiene cerca de 130 millones de mexicanos, el décimo país más poblado del mundo, entre los 13 con mayor extensión territorial, con una riqueza geográfica y cultural extraordinaria. Es un país muy complejo, muy plural, en el que también conviven dolorosamente, contrastes inaceptables, diferenciales de acceso a derechos y de capacidades que no pueden ignorarse y que por el contrario deben asumirse como una tarea indispensable.

“Aquí mismo, en esta concentración, la compartimos personas de muy diferentes corrientes ideológicas, religiosas y de diferentes estilos de vida, y justo estamos aquí para defender esta complejidad, esta pluralidad, no para simplificarla”, expuso.

León Olea subrayó que este gran espacio que llamamos México, estamos convencidos, cabemos todos, porque en esta pluralidad, compartimos una condición humana común, con una misma dignidad, un valor no dependiente de características o circunstancias.

“Cada uno sin excepción, tiene una riqueza única e irrepetible, un valor infinito en el sentido que no puede ser medido por una instancia que establezca jerarquías frente a otros”, dijo y agregó que ésta no es simplemente una declaración de buena voluntad o un principio filosófico abstracto. Está plasmada en el primer artículo de nuestra Constitución.

“Ese artículo ordena la protección más amplia a todas las personas para gozar de los derechos humanos reconocidos se manifiesta como principio la igualdad en dignidad, la libertad y la justicia para todos, sin discriminación de ningún tipo.

Luego agregó que el desafío de toda una generación ha sido establecer y gestionar instituciones que materialicen esos principios constitucionales, en este México complejo y plural y en el que se reconoce constitucionalmente la misma dignidad a todos, entre ellas el INE, la suprema corte de justicia, el sistema nacional de transparencia y las formas de representación plural en las cámaras.

“No obstante, en la transición que vivimos desde hace pocas décadas, no solo en México sino en otras partes del mundo, existen corrientes que tienen la nostalgia de convocar a un país simplificado de un solo discurso y que para sostenerlo se tiene la necesidad de dividir en los que están con él incondicionalmente o no, y simplificar tanto la definición de buen mexicano que acaba descartando a más gente que la que puede incorporar”, puntualizó.

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