Con un dramático final, que se extendió hasta los últimos segundos del quinto periodo jugado, los Chiefs de Kansas City conquistaron su cuarto Super Bowl y segundo de manera consecutiva, al vencer 25-22 a San Francisco en Las Vegas.
Las defensivas dominaron el inicio del Super Bowl, pero las acciones de ambos equipos no lograron concretar una anotación y fue hasta el segundo cuarto cuando Christian McAfrey fue el encargado de lograr que el juego despertara hasta que Jake Moody pateó 55 yardas y le entregó los primeros puntos a San Francisco.
El partido empezó siendo de San Francisco. Un balón suelto durante la primera ofensiva de los 49ers comenzó a cambiar el rumbo del juego de inmediato y fue lo que le dio emoción desde al principio, lo que hizo que el Allegiant Stadium se levantara eufórico, y es que, de cada 10 personas en el estadio, ocho estaban a favor de los hombres que un día fueron representados por el histórico Joe Montana, quién también salió a la cancha a saludar al público.
Con Jake Moody como protagonista con el gol de campo más largo en la historia del Super Bowl, al hacerlo en 54 yardas, el pateador de San Francisco terminó por darle una última ventaja a los 49ers con menos de dos minutos en el reloj del último período, que llamó a los Chiefs a una última serie ofensiva comandada por Patrick Mahomes, para igualar el juego a 19 puntos y forzar a un alargue.
Tras perder el volado al inicio del encuentro, los Niners tuvieron la suerte de su lado para recibir la primera serie ofensiva en el tiempo agregado, que Moody tradujo en su tercer gol de campo de la noche.
Con la obligación de hacer valer su ya envidiable legado, Mahomes condujo a Kansas City a una última serie ofensiva que Mecole Hardman definió con la recepción en las diagonales, para darle el bicampeonato a los Chiefs.