El comprador del edificio neoyorquino Flatiron, que lo adquirió en un remate hace una semana no culminó la compra por lo que el famoso rascacielos podría volver a ser subastado si el segundo pujante rechaza su derecho a adquirirlo.
El pasado 22 de marzo, en una vibrante puja, Jacob Garlick, socio fundador del fondo de inversiones Abraham Trust, ofreció por el edificio 190 millones de dólares, pero después no abonó la seña de 19 millones para asegurarse la compra.
Ahora el futuro del edificio de 22 pisos con forma de proa, situado en la confluencia de la 5ª Avenida, Broadway y la calle 22, es incierto.
El segundo postor, Jeffrey Gural, uno de los propietarios, ofreció 189.5 millones por el edificio en la subasta, pero hasta ahora no ha ejercido su derecho a compra, confirmó este jueves la casa de remates Mannion Auctions, que “piensa” que podría esperar a la celebración de una segunda subasta.
Este ícono neoyorquino es objeto de un conflicto entre sus cinco propietarios, cuyas diferencias irreconciliables llevaron a un juez a subastarlo.
Cuatro empresas inmobiliarias -GFP Real Estate (de Gural), Newmark, ABS Real Estate Partners, y el Grupo Sorgente— controlaban el 75% de la propiedad de uno de los primeros rascacielos de Manhattan, diseñado por el arquitecto de Chicago Daniel Burnham, cuya construcción se terminó en 1902. El quinto socio, Nathan Silverstein, controla el 25% restante.
En 2021, las cuatro empresas denunciaron a Silverstein ante la justicia al considerarlo responsable de que el Flatiron siguiera vacío desde que se fue su último inquilino, la empresa MacMillan Publishers, en 2019.
Silverstein, que heredó su participación de su padre, los contrademandó.
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Ante las diferencias irreconciliables de los propietarios, un juez ordenó su subasta.
La última vez que el edificio fue subastado fue durante la Gran Depresión que siguió al crack de la Bolsa de 1929. Fue vendido por 100 mil dólares.
“Es un edificio precioso, pero necesita 100 millones de dólares en reformas”, aseguró Gural tras la subasta, y no escondió su “molestia” con Garlick.
“Nunca pensé que llevaría el precio tan alto”, dijo en una entrevista esta semana, citada por el diario The New York Times.
La empresa de Gural, GFP Real Estate, es propietaria y gestiona más de 50 edificios de oficinas en la Gran Manzana.
Con información de 24 Horas Nacional
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