La gente se ha acostumbrado a verlas jugar softbol en un pueblo pintoresco del municipio de Yaxcabá que tiene un bello cenote, un parador, zona arqueológica, un interesante tour en bicicleta y talleres de urdido que atraen la atención de muchos; ellas comenzaron con un bate de madera y terminaron ganando muchas simpatías
“En el pueblo había mucho machismo”, comenta Jessica Díaz, integrante del equipo de sóftbol de las Amazonas de Yaxunah, pero poco a poco la gente y especialmente los hombres, se fueron acostumbrando a verlas practicar en el parque, en hipil y descalzas.
“Justamente ayer estábamos en el centro jugando, gritando con los niños y las personas salieron a la calle a vernos jugar, realidad es muy bonito; a veces en el campo se pierde, se gana, pero nos llevamos muchos corazones, muchas amistades”, narró en después del encuentro que tuvieron en Campeche, en el campo “20 de Noviembre”.
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Y es que las mujeres que conforman el equipo de softbol que ha causado revuelo en el Sureste y otras entidades del país, son mujeres de batalla diaria,
mujeres de tradiciones y costumbres.
“Nosotras las mujeres mayas somos artesanas de madera, bordado en punto de cruz… lo que es mi fuerte es el hipil y el urdido de hamaca”, señala.
Además, tienen funciones múltiples como atender el hogar, preparar los alimentos, llevar a los niños a la escuela, Jessica por ejemplo despacha en su tiendita, es ama de casa, madre de familia, esposa, jugadora de softbol y artesana.
Como jugadoras no obtienen ningún recurso económico, sin embargo, en cada partido piden permiso para poder vender sus hipiles o pañuelos bordados para reunir recursos, ahora que las Amazonas se van a jugar a Monterrey del 13 al 16 de octubre, donde con seguridad atraerán la atención de muchos.
Jessica nos cuenta que el pueblo ha cambiado mucho, “ahorita tenemos un parador turístico, la zona arqueológica de Yaxunah que está más accesible, llega mucha gente, tenemos un cenote hermosísimo en el medio del pueblo, hay un tour en bicicleta para los visitantes; varios talleres de urdido de hamaca y en realidad es un pueblo mucho más activo”.
No obstante, Jessica plantea que aún el pueblo necesita unas mejoras.
Yaxunah es un pueblito donde las mujeres nunca habían salido a jugar un deporte. Todo empezó desde el 2019, cuando a través de un programa de Sedesol se les invitó a hacer activación física, pero las mujeres prefirieron elegir un deporte que les gustara. A María le gustaba el béisbol. Empezaron con una madera, en vez de un bate y con una pelota que su esposo le prestó, así comenzaron sus prácticas de sófbol en el parque, sin guantes.
“Al principio mi esposo dijo que no porque no estaba bien que una mujer salga a jugar a la calle, sino que debíamos estar en la casa y en la cocina, pero a mí no me importó y empecé a practicar con mis amigas en mi pueblo”.
Narra que un día estaban en la acción cuando una persona les tomó una fotografía, la editó y se la mostró al periodista Jorge Bermudez “y entonces los reporteros comenzaron a preguntar de dónde son esas mujeres hasta que llegó el Oso Sánchez, que fue el primero que llegó a Yaxunah a preguntar dónde estábamos las mujeres que jugaban con hipil”.
Las Amazonas nunca pensaron que ello trascendería y, aunque les daba miedo hablar frente a un micrófono y una cámara, ahora narran con orgullo cosas de su pueblo, de sus obstáculos, sus vidas, sus tradiciones y sus costumbres.