La dimisión de Boris Johnson como líder del Partido Conservador británico prepara el terreno para una batalla por la dirección de la formación gubernamental, que determinará quién será el próximo primer ministro.

La elección de un nuevo líder conservador -el tercero en seis años- es una contienda tradicionalmente repleta de giros, sorpresas, drama y puñaladas por la espalda.

Johnson afirmó que el calendario para la elección se fijará la próxima semana y los barones del partido esperan tener un nuevo líder cuando en octubre celebren su congreso.

– Primer paso, liderar el partido –

Los candidatos al liderazgo del partidodeben ser diputados conservadores y contar con el apoyo de al menos dos colegas.

Nadie se ha presentado oficialmente aún pero, según un sondeo de YouGov entre miembros del partido publicado el jueves, el ministro de Defensa, Ben Wallace, de 52 años, ganaría frente a otros posibles contendientes; seguido por Penny Mordaunt, de 49 años, exministra de Defensa y actualmente secretaria de Estado de Comercio Exterior.

Los diputados expresan sus preferencias entre todos los candidatos en una serie de votaciones secretas hasta que sólo quedan dos.

Son entonces los miembros del partido quienes deciden entre los finalistas, que llevan a cabo una campaña de varias semanas por todo el Reino Unido.

Pero el proceso puede ser más rápido. Theresa May, que precedió a Boris Johnson en Downing Street, se convirtió en líder del partido en julio de 2016 sin necesidad de una votación de los afiliados, tras la retirada de su rival Andrea Leadsom.

– Camino a Downing Street –

El jefe del oficialmente denominado “gobierno de su majestad” es designado por la reina Isabel II, que elige a la persona con más probabilidades de obtener la confianza de la Cámara de los Comunes, en general el líder del principal partido político.

En este caso, se trata de los conservadores, que tienen mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes desde su victoria triunfal en diciembre de 2019, cuando, liderados por Johnson, obtuvieron una mayoría que no se veía desde los años 1980 bajo el empuje de Margaret Thatcher.

– No siempre gana el favorito – 

Entre los conservadores británicos, el favorito para hacerse con el liderazgo no gana necesariamente, ni mucho menos.

En 1965, Reginald Maudling era considerado favorito, pero ganó Edward Heath.

Heath convocó nuevas elecciones en 1975 para asentar su autoridad y se esperaba que ganara fácilmente. Pero Margaret Thatcher ganó sorprendentemente, convirtiéndose en la primera mujer en liderar el Partido Conservador. Heath nunca la perdonó.

En 1990, fue Thatcher quien tuvo que hacer las maletas tras ser superada por su contrincante Michael Heseltine. Pero John Major entró en la carrera y ganó a Heseltine.

En 2005, se predijo que David Davis ganaría, pero fue derrotado por David Cameron, un joven y modernizador ‘outsider’.

Y en la votación de 2016, que dio la victoria a May, el exalcalde de Londres Boris Johnson era el favorito antes de que su aliado Michael Gove lo dejara caer, obligándole a retirarse.

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