El expresidente de la FIFA, Joseph Blatter, y el expresidente de la UEFA, Michel Platini deberían ser juzgados en Suiza por varios delitos, entre ellos «fraude», en el caso del pago sospechoso que les apartó de los despachos del fútbol desde 2015, anunció el martes la fiscalía.

Corresponde ahora al Tribunal Penal Federal de Bellinzona verificar el acta de acusación y reenviarla eventualmente a la fiscalía para ser completada, pero resulta ahora casi seguro que habrá juicio contra los dos exdirigentes futbolísticos por «gestión desleal, abuso de confianza y falsificación de documentos».

Después de seis años de investigación están acusados de «haber arreglado ilícitamente un pago de dos millones de francos suizos (1,8 millones de euros, 2,1 millones de dólares) de la FIFA en favor de Michel Platini«, escribió la fiscalía confederal en un comunicado.

Blatter y Platini, que pasaron de aliados a rivales, se encaminan por lo tanto a un epílogo judicial del escándalo que costó su carrera como directivos futbolísticos. El exfutbolista francés parecía, cuando estalló el caso, idealmente situado para ser el nuevo presidente de la FIFA, pero su carrera se cortó bruscamente por este asunto.

«Enriquecimiento ilegítimo»

«Espero el juicio ante el Tribunal Penal Federal con optimismo y espero que esta historia termine y todos los hechos se esclarezcan», declaró ‘Sepp’ Blatter en un mensaje transmitido a la AFP.

Hospitalizado a principios de año, el suizo de 85 años debería beneficiarse de una duración de audiencia reducida.

Platini dijo por su parte tener «total confianza y tranquilidad sobre la conclusión de este procedimiento», lamentando el «encarnecimiento» de la fiscalía ante las acusaciones «infundadas e injustas».

La defensa y la acusación coinciden en un punto: el tres veces Balón de Oro asesoró a Blatter entre 1998 y 2002, durante el primer mandato del suizo al frente de la FIFA, y los dos hombres firmaron en 1999 un contrato escrito que reflejaba una remuneración anual de 300.000 francos suizos, «íntegramente pagados por la FIFA».

Acusan a Joseph Blatter y Michel Platini de estafa y abuso de confianza en Suiza

Pero en 2011, «más de ocho años después del final de su actividad de asesor», el excapitán de los ‘Bleus’ «reclamó una deuda de dos millones de francos suizos», pagada por la instancia del fútbol «con la ayuda» de Sepp Blatter, según la fiscalía.

Para la acusación se trata de un pago «sin fundamento», que «dañó el patrimonio de la FIFA y procuró a Platini un enriquecimiento ilegítimo».

La sombra de Infantino

Los dos hombres insisten por su parte, desde el inicio de la investigación, en que habían acordado verbalmente un salario anual de un millón de francos suizos, sin que las finanzas de la FIFA permitieran en ese momento el pago a Platini, y decidieron simplemente saldar la deuda más adelante.

Blatter recordó el martes que todos los órganos competentes de la FIFA habían validado el pago y que la instancia había pagado las cotizaciones sociales correspondientes, además de que Platini había «pagado impuestos sobre ese cantidad en su lugar de residencia en Suiza».

La audiencia debería igualmente esclarecer las circunstancias en las cuales este asunto estalló en 2015, cuando años después del pago de dos millones, en un contexto marcado por la carrera a la sucesión de Blatter, después de una serie de escándalos que afectaban principalmente a responsables sudamericanos del fútbol.

Ambos sospechan desde hace tiempo que el actual presidente de la FIFA, Gianni Infantino, o su entorno alertaron a la fiscalía sobre esa transacción, que se remontaba a cuatro años antes cuando se dio a conocer.

Infantino era entonces el principal colaborador de Platini en la UEFA y el italosuizo, una vez que el francés fue apartado de la carrera por presidir la FIFA, decidió presentarse y ganó la elección.

La justicia suiza investiga de manera paralela sobre la «colusión» de su exjefe de la fiscalía con Gianni Infantino, después de tres reuniones secretas entre los dos, recordó el martes Platini, denunciando «derivas judiciales indignas de un Estado de derecho».