El presidente de la Federación de Colegios Agrónomos de la República Mexicana, Cruz Alberto Uc, ha alertado sobre la inminente llegada de una severa sequía al campo de Campeche, un evento climático que podría tener consecuencias catastróficas y que parece ser una realidad a largo plazo.
En una entrevista concedida a 24 horas Campeche, Uc hizo hincapié en la importancia de que tanto las autoridades como los productores se involucren activamente en la atención de este problema. Los efectos del cambio climático son innegables, y es imperativo revisar el estado de las unidades de riego, especialmente en los ejidos del norte del estado, que abarcan los municipios de Calkiní, Hecelchakán y Tenabo.
“La sequía es un fenómeno que parece haber llegado para quedarse, dado que los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes. Las unidades de riego desempeñan un papel crucial en la mitigación de los efectos de la sequía. Lamentablemente, en el norte del estado, muchas de estas unidades están desmanteladas”, expresó Uc.
El presidente de la federación señaló que hace años, debido a las elevadas tarifas de electricidad, muchos productores dejaron de pagar el suministro necesario para el funcionamiento de estas unidades, que son fundamentales para la producción de hortalizas, frutas y granos. En la actualidad, ante la previsión de una sequía y la necesidad de hacer un uso más eficiente del agua, es urgente reactivar estas instalaciones.
“La mejor manera de hacer frente a esta situación es proporcionando energía eléctrica a estas unidades para poder implementar sistemas de bombeo y llevar a cabo un riego presurizado. Esto garantizará el rendimiento necesario para Campeche. Por ejemplo, en el caso del maíz, existen técnicas de riego presurizado que pueden incrementar significativamente la producción, aunque la inversión inicial sea mayor, la rentabilidad también lo será”, explicó Uc.
Uc enfatizó que las autoridades deben reunirse con las organizaciones de productores para abordar urgentemente temas como la sequía y brindar apoyo al sector, activando las unidades de riego y proporcionando seguros catastróficos o agropecuarios. “El Gobierno debe participar activamente en el financiamiento y demostrar un genuino interés en abordar este problema“, concluyó.