Evaluación de daños.
Los heridos fueron trasladados al hospital de la capital del Estado, Ciudad Bolívar, a unos 200 km de esta mina donde trabajaban unas 200 personas, según estimaciones de la Gobernación.
A la zona también viajó un equipo de rescate y salvamento desde Caracas para apoyar en las labores de búsqueda.
"Estamos haciendo evaluación de daños y análisis de rescate y trabajando en hacer un levantamiento", dijo el viceministro de Gestión de Riesgo y Protección, Carlos Pérez Ampueda, a la AFP.
En La Paragua, muchos locales comerciales no abrieron sus puertas.
Una mina ilegal de oro en un remoto lugar del sur de Venezuela colapsó provocando al menos 16 muertos, según un balance actualizado la noche del miércoles por un funcionario local.
El accidente ocurrió la tarde del martes en la mina “Bulla Loca”, a siete horas de navegación por río de La Paragua (Bolívar).
Decenas de personas trabajan en la cantera a cielo abierto cuando repentinamente un alud de tierra cayó y arropó a varios de los mineros, mientras otros lograban saltar despavoridos, según un video divulgado por las autoridades.
Un balance ofrecido por el presidente Nicolás Maduro de 15 muertos y 11 heridos fue luego actualizado a 16 fallecidos por el secretario de Seguridad Ciudadana de Bolívar, Edgar Colina Reyes, en contacto con la AFP.
“Transmito mis condolencias a los familiares y allegados de estas personas que lamentablemente fallecieron en este accidente al desplomarse esta mina ilegal”, dijo el presidente en una transmisión por la televisión estatal.
Más temprano, Yorgi Arciniega, alcalde del Municipio Angostura, que abarca La Paragua, dijo que 25 personas murieron y 15 resultaron heridas, un saldo que un informe del Gobierno de Bolívar, leído por Maduro, tachó de “un acto de desesperación” frente a la tragedia.
Allegados esperaban noticias en Puerto Guacara, en La Paragua, a unos 750 km al sudeste de Caracas y desde donde las embarcaciones zarpan hacia la mina “Bulla Loca”.
Familiares de uno de los mineros muertos lloraron desconsolados mientras trasladaban su cuerpo en la cajuela de un camión dentro de un cajón de madera. Lo llevaron hasta una pequeña vivienda con techo de zinc, donde su madre se abrazó con otros familiares.
“Mi hermanito, mi hermanito”, lloraba una niña cerca del cadáver, cubierto con una sábana en una sala repleta para el velatorio.
Grupos de jóvenes en moto acompañaron los camiones con los cuerpos traídos desde la mina. Varios grabaron con sus celulares los cortejos fúnebres.
“Pedimos que nos apoyen con helicópteros para sacar los heridos”, dijo a la AFP una mujer que esperaba noticias de su cuñado, padre de tres niños de 4, 6 y 7 años.
AFP