La espiral de violencia criminal que envuelve a México deja más de 400 mil muertos desde que a finales de 2006 el entonces presidente Felipe Calderón declaró la guerra a los cárteles.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador, respalda la decisión de cuatro obispos de Guerrero de negociar una tregua con grupos del crimen organizado.
“Siempre los sacerdotes, pastores, integrantes de todas las iglesias participan, ayudan en la pacificación del país. Lo veo muy bien, creo que todos tenemos que contribuir a conseguir la paz”, dijo,
José de Jesús González, obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, reveló el miércoles que junto con otros tres planteó una tregua a líderes criminales de Guerrero para detener la violencia, que experimentó nuevos picos en las últimas semanas.
Pero la propuesta fue rechazada por los delincuentes, reportó la prensa mexicana, citando a González.
“Quienes ayudan para la pacificación pues están haciendo una buena labor, quienes trabajan para que se combata el flagelo de la violencia”, añadió López Obrador en su habitual rueda de prensa.
El mandatario federal advirtió que la responsabilidad de garantizar la paz y la tranquilidad es del Estado”. “Eso debe de quedar muy claro”.
Cabe destacar que Guerrero es uno de los Estados más pobres del país y es usado por narcotraficantes para el cultivo de marihuana y amapola.
AFP