El sector educativo en Campeche está en la mira de una purga política.
Funcionarios como Anuar Dáger Granja y Bismarck Richaud Coral están en la cuerda floja por ser asociados del exsecretario Raúl Aarón Pozos Lanz, cuya caída fue estrepitosa.
Aunque se disfraza como depuración, esta medida más bien huele a venganza política.
El actual secretario de Educación, Víctor Sarmiento Maldonado, no parece tener la capacidad para liderar eficazmente.
Detrás de la escena, se gesta un juego de poder, mientras la integridad de la educación campechana pende de un hilo. ¿Será?