La anticipación en torno a la posible presencia de Taylor Swift en el Super Bowl LVIII, programado para el 11 de febrero en Las Vegas, ha alcanzado niveles significativos entre los seguidores de la cantante y los aficionados de la NFL por igual.
El interés se ha intensificado dado que Swift tiene compromisos en Tokio como parte de su gira The Eras Tour, con cuatro conciertos consecutivos programados del 7 al 10 de febrero. El último de estos conciertos coincide justo un día antes del Super Bowl, planteando el desafío logístico de llegar a Las Vegas a tiempo para el gran evento deportivo.
Afortunadamente, el cambio horario podría jugar a favor de Swift, ya que a las 23 horas del 10 de febrero en Tokio, aún serían las 6 de la mañana en Las Vegas del mismo día, brindándole un margen adecuado para cruzar el Pacífico y llegar al juego del domingo 11.
El motivo principal de esta expectación radica en la relación entre Swift y Travis Kelce, una de las estrellas destacadas de los Chiefs de Kansas City. Desde septiembre de 2023, cuando surgieron los primeros rumores sobre su romance, Swift ha sido vista en el estadio acompañando a Kelce y ha generado un revuelo tanto entre los “swifties” como entre los seguidores de los Chiefs.
Este vínculo inusual entre una celebridad del pop y una estrella deportiva ha capturado la atención de los medios y los aficionados por igual. Durante el reciente Juego de Campeonato de la Conferencia Americana, en el que los Chiefs derrotaron a los Baltimore Ravens, Swift no solo celebró la victoria del equipo, sino que también se unió a Kelce en el campo para compartir el momento de triunfo.
Aunque el espectáculo de medio tiempo estará a cargo del rapero Usher, los seguidores de Taylor Swift mantienen la esperanza de que ella pueda hacer una aparición sorpresa y ofrecer una o dos canciones durante el evento. Para Swift, asistir al Super Bowl para apoyar a su “príncipe azul” requerirá un esfuerzo considerable, pero sus seguidores esperan ansiosamente su posible presencia en la ciudad del juego.