Los drenajes desbordantes de aguas negras y lodo frente al parque principal de Hecelchakán se han convertido en una fuente de preocupación para los comerciantes de cochinita pibil, quienes señalan que esta situación no solo contamina el medio ambiente, sino también afecta la higiene de los alimentos que se preparan y venden en las cercanías. A pesar de que la fosa de drenaje está saturada, algunos residentes continúan descargando sus desechos, incluyendo aguas grasosas y jabonosas, lo que genera un riesgo para la salud pública.
Guadalupe Tzec y Norma Noreno, habitantes locales, expresaron su inquietud, mencionando que disfrutan de los alimentos en la plaza, especialmente los domingos después de la misa. Sin embargo, el mal olor proveniente de los drenajes desbordantes los hace retirarse por temor a enfermedades. Las comerciantes destacan que conocen a los responsables de arrojar sus desperdicios al aire libre, pero prefieren hacer un llamado público a las autoridades para que tomen medidas y sancionen a aquellos que no cumplen con las normas de higiene.
Además, señalaron la importancia de mantener la ciudad limpia, especialmente con la llegada del Tren Maya, que atraerá turismo nacional e internacional. La falta de higiene no solo afecta la salud de los habitantes locales, sino que también ahuyenta a la clientela debido al mal aspecto y olor.
Por otra parte, Domitilo Dzul y Celia Camal, clientes habituales de la cochinita pibil, mencionaron que esta problemática también se observa en otras partes de la ciudad, con drenajes desbordantes y calles inundadas debido a la acumulación de lodo, maleza y escombros. Destacaron que la intervención de la Secretaría de Salud y la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Copriscam) es esencial, especialmente en lugares como el parque frente a la tienda de conveniencia y puestos de antojitos, donde el olor del lodazal se vuelve insoportable.
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