Decenas de localidades de la región ucraniana de Járkov ordenaron ayer evacuar a los civiles ante el avance de las tropas rusas en una zona que ya cambió de manos dos veces desde el inicio de la guerra.
El Ejército de Rusia había ocupado la ciudad de Kúpiansk y sus alrededores poco después de invadir el país, en febrero de 2022, pero fue expulsado en una contraofensiva relámpago de las tropas ucranianas en septiembre.
En las últimas semanas, volvió a pasar al ataque y reivindica periódicos avances territoriales.
El Ejército de Ucrania aseguró ayer que “la situación sigue siendo difícil, pero se mantiene bajo control” en la región.
La ciudad de Zaporiyia, que fue bombardeada el miércoles, sufrió ayer un nuevo ataque que dejó al menos un muerto y nueve heridos.
Ucrania multiplicó en las últimas semanas los ataques con drones aéreos o navales contra territorios rusos o controlados por las tropas rusas, así como en la península de Crimea, anexada por Moscú en 2014.
En la región rusa de Briansk, cerca de la frontera con Ucrania, dos personas murieron y dos resultaron heridas en un bombardeo que las autoridades atribuyeron a las fuerzas ucranianas.
Mientras tanto, Rusia anunció que derribó 11 drones ucranianos cerca de Crimea y otros que se dirigían hacia Moscú.