Al concretar la compra de 13 plantas de generación de energía a Grupo Iberdrola, México mantendrá el mismo nivel de generación de electricidad, lo que será insuficiente para atraer más empresas foráneas y aprovechar el nearshoring.
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Así lo consideró el especialista en energía, Ramses Pech, quien señaló que nuestro país tendrá que impulsar plantas de energía renovable, como la solar y eólica y ya no de ciclo combinado que actualmente están operando a su máxima capacidad en la República.
“Ya lo vimos en China que el PIB per cápita de 2005 a la fecha aumentó cinco veces y en nuestro país pudiera repetirse la misma cantidad con la llegada de más plantas a instalarse en México, el problema es que no hemos entendido que la generación de electricidad en nuestro país proviene entre 55 y 65% de plantas de ciclo combinado y contamos con muy poca energía renovable, no pasa del 20% hablando de eólica y solar”.
Recordó que Iberdrola prefirió llevar su producción y su inversión a Estados Unidos y Brasil, porque aquí no hubo certeza para invertir ante la falta de permisos por parte de la Comisión Reguladora de Energía, de acuerdo a los propios estudios del Cenace, que está pidiendo que haya un reforzamiento de plantas renovables.
Entonces, puntualizó, México tendrá la misma cantidad de energía que se viene produciendo, y lo que significa el acuerdo de compra a Iberdrola es que pasa “todo a propiedad del Estado mediante fideicomisos o fondos, pero va a seguir todo exactamente igual… sin una mayor generación de electricidad”.
Para está decisión la parte que sale ganando más es Iberdrola, porque son activos que no le generaban ya ganancias en el mediano y largo plazo y con la recuperación de su capital se van a invertir a Brasil u algún otro lugar del planeta, detalló el analista en economía energética.
La Secretaría de Hacienda confirmó que se concretó el acuerdo por 6 mil millones de dólares por 13 plantas del grupo español en favor del Estado mexicano.
“El contrato confirma los términos… para la adquisición de 12 plantas de ciclo combinado y una planta eólica, con capacidad de 8 mil 500 Megavatios (MW)”.
El cierre de la operación, detalló Hacienda, entre Iberdrola México y el fideicomiso México Infrastructure Partners se realizó a través de un vehículo de inversión nacional con participación mayoritaria del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) y con financiamiento de la banca.
“Esta acción da certeza legal al objetivo… de recuperar el porcentaje de la generación de energía eléctrica que permita reestablecer la soberanía energética, así como fortalecer las economías internas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), facilitando el acceso al mercado del noreste de 6%, antes de la operación, a 49% con esta transacción, en donde había perdido participación y donde se encuentran los clientes de más alto crecimiento”, apuntó la dependencia.
En tanto, Victor Florencio Ramírez, experto en clima y energía, indicó que las plantas de Iberdrola operarán con la misma plantilla de trabajadores y con costos bajos en producción de energía, lo que puede resultar competitivo y muy positivo para el país.
Aunque reconoció que en producción seguiremos teniendo la misma capacidad de generación, pero hay que destacar, dijo, que dos plantas adquiridas son de las más modernas que existen en el mundo y ahora pasarán a formar parte del Estado a través del Fonadin.
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Resaltó que no habrá muchos cambios en materia energética, más que el Estado ahora se hace de la propiedad de las centrales, y es positivo que se operará de la misma forma que Iberdrola lo venía haciendo, “no se generará pasivos laborales extras, y tendrán que trabajar con la misma plantilla, y la verdad es muy positivo que se otorgue el permiso a Iberdrola para una planta de renovables, ya que el sector de energías limpias se encontraba semiparalizado.