La ciudad de Campeche es patrimonio de la humanidad por ser una ciudad amurallada. Este sistema de defensa de forma hexagonal, es representado por sus fuertes y baluartes, es un motivo para planear un viaje a este destino del sureste mexicano.
¿Cuáles son los platillos típicos de Campeche?
Precisamente, un tour guiado por los fuertes y baluartes, para imaginar cómo la ciudad se defendía de los piratas, se convertirá en el pretexto perfecto para comenzar a descubrir los principales atractivos que hay en en esta ciudad.
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
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La Plaza de la Independencia y la Catedral
La visita a San Francisco de Campeche ha de comenzar indudablemente en su zócalo o plaza mayor, aquí llamada de la Independencia. Una plaza totalmente cuadrada ocupada por un agradable parque, sombreado por unos pocos algarrobos de gran tamaño.
En su centro se encuentra el habitual quiosco para las bandas de música y en ocasiones Café. El quiosco campechano es especialmente bonito, con aspecto de recién pintado.
La plaza la domina la imponente silueta de la Catedral de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, un elegante edificio barroco con elementos neoclásicos. En el que destaca su fachada, que se encuentra jalonada por dos altas torres de campanario conocidas como “La Española” y “La Campechana”.
En los otros tres lados de la plaza se sitúan largos edificios coloniales de un solo piso, muy coloridos y con preciosos soportales, en la actualidad ocupados en su mayoría por museos, tiendas y restaurantes.
Los baluartes de la ciudad
Campeche todavía conserva siete de sus baluartes, construcciones que como una cuña, sobresalían de los muros y permitían defender mejor esa parte de las murallas de la ciudad. Tres baluartes se sitúan en el costado del mar y los otros cuatro por la zona interior del recinto amurallado.
El Baluarte de Nuestra Señora de la Soledad es, sin duda, una visita ineludible. Se encuentra a medio camino entre la Puerta del Mar y la Plaza de la Independencia, verdadero corazón de la ciudad. A través del Baluarte de la Soledad se puede subir a las murallas y recorrer un buen tramo de ellas. Las vistas desde arriba son encantadoras, en especial de la Catedral y de la elegante Calle 8.
Además en las dependencias del antiguo Baluarte de la Soledad se encuentra instalado uno de los mejores museos de San Francisco de Campeche, el Museo de la Arquitectura Maya. Este moderno museo cuenta con valiosas piezas de varias antiguas ciudades mayas de la región, aunque su mayor interés radica en que gran parte de los relieves y estelas se han podido descifrar y se explican junto a ellas, de manera que el visitante puede entender el verdadero sentido de las obras.
Otros baluartes que pueden resultar interesantes son el de Santiago, el situado más al Norte, que acoge el pequeño pero agradable jardín botánico de X’Much-Haltún y el Baluarte de San Francisco uno de los de mayor tamaño, situado junto a la puerta de la Tierra y que alberga entre otras cosas una Biblioteca.
Recorriendo la Ciudad histórica de San Francisco de Campeche
El centro histórico, contenido dentro de las murallas, tiene una estructura en cuadrícula, en la que cada calle es perfectamente paralela o perpendicular a todas las demás. Las calles están numeradas consecutivamente, (como sucede en Nueva York por ejemplo) las paralelas al mar son pares y las perpendiculares son impares. Por lo que pasear por sus rectas y coloridas calles puede resultar muy agradable y sencillo y la posibilidad de perderse resulta casi imposible.
Quizá una de las calles más adecuadas para el paseo sea la calle 59, un andador o calle peatonal que conecta las dos puertas más importantes de la ciudad: La Puerta del Mar a pocos metros de la costa y la Puerta de la Tierra que se dirige hacia el interior del estado de Campeche. Esta calle se encuentra evidentemente repleta de restaurantes, bares de copas y tiendas de artesanía, y es probablemente junto a la plaza de la Independencia la zona que más frecuentan los turistas.
A apenas dos manzanas (o cuadras como se dice acá) de la Catedral se encuentra la modesta pero encantadora iglesia del Dulce Nombre de Jesús. Pintada de un llamativo color ocre amarillento, destaca en particular por su espadaña de cuatro campanas y la verja exterior que la protege.
El otro edificio religioso destacable de Campeche, es una iglesia desacralizada conocida por Ex Templo de San José. Sorprende su fachada decorada con azulejos azules y blancos y una de sus torres que parece más un faro que un campanario. En su interior se organiza hasta tarde un agradable mercadito de artesanía en el que pueden encontrarse desde sombreros, bolsos, bisutería y demás recuerdos turísticos.
El alojamiento en la ciudad es más que asequible y uno puede dormir en alguno de los preciosos hoteles coloniales sin miedo a arruinarse. Estos edificios históricos suelen contar con un patio central con columnas y plantas que atenúa el calor de esta región tropical.
También hay patios interiores reconvertidos en restaurantes, quizá mi preferido es el situado en el Edificio Cuauhtemoc, elegante y decrépito a la vez, está junto al Zócalo en el cruce de la 57 con la calle 10. Dentro se puede encontrar un modesto y pequeño restaurante llamado El Rincón de María donde degustar la mejor comida casera. Aunque si uno desea un restaurante con una cocina algo más elaborada y en un ambiente más internacional y cuidado se puede pasar por La Parroquia en la calle 55, a dos pasos de la Catedral.
Los Fuertes de San Miguel y San José el Alto
Décadas más tarde de la fortificación de Campeche, se completó la defensa de la ciudad con dos poderosos fuertes: San Miguel a unos 4 km al Sur de Campeche y San José Alto a la misma distancia pero al norte.
San Miguel es el fuerte más grande de todos los que forman parte de las defensas de San Francisco de Campeche y se encuentra sobre una colina muy próxima al mar por lo que es un lugar especialmente estratégico.
Se accede por un sinuoso pasaje que va a dar a un foso. El Fuerte que aparentemente era un edificio modesto y achaparrado muestra entonces sus muros altos, robustos e infranqueables.
Cruzando el puente levadizo se entra en el patio de armas, un rectángulo empedrado amplio y funcional con las paredes pintadas de un naranja amarillento y algunas palmeras aquí y allá.
Es difícil resistirse a subir las pocas escaleras que le separan a uno de las almenas, repletas de cañones históricos y contemplar desde allí el mar. Las vistas son magníficas desde esta atalaya y permitía avistar a los barcos (enemigos o no) mucho antes de que llegaran a la ciudad.
Aunque sin duda lo más representativo del Fuerte de San Miguel son sus paredes pintadas de naranja y rojo refulgiendo sobre un cielo azul. Que un edifico militar tome estos colores tan poco sobrios es algo que parece sólo posible en el trópico americano.
En las dependencias del Fuerte de San Miguel se haya instalado desde 1978 el Museo Arqueológico de Campeche que alberga piezas únicas de los distintos yacimientos mayas del estado. En particular destaca la sala de máscaras funerarias de jade y otras piedras preciosas.
El Baluarte de San José Alto cuenta con unas características similares al anterior, planta casi cuadrada, con foso rodeando el edificio, altos muros y varias garitas. Sin embargo, contaba además con dos baterías de costa, esto es, dos construcciones militares a pie de playa.
Su construcción fue contemporánea de la del fuerte de San Miguel, pero quizá debido a su menor tamaño se concluyó muchos años antes. Se utilizó para ello también un lugar elevado conocido como el Cerro de la Vigía Vieja situado al norte de la ciudad.
En este edificio se puede visitar el Museo de Barcos y Armas también conocido como Museo Histórico de San José. Sus piezas más valiosas son espadas, cañones y demás armas de los siglos XVI al XIX así como diversas maquetas de barcos de la época.