El G7, el grupo de las siete economías más avanzadas del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido; China no es miembro a pesar de ser la segunda economía mundial, debido a su bajo nivel de riqueza per cápita), reiteraron este martes su compromiso de brindar apoyo financiero, humanitario, militar y diplomático a Ucrania y al gobierno de Volodímir Zelenski, “por el tiempo que sea necesario”.
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Garantías similares han sido también reafirmadas por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cuya membresía incluye a seis de los integrantes del G7, excepto Japón. No obstante, el gobierno de Fumio Kishida ha acelerado en los últimos meses su envío de drones, chalecos antibalas y otros insumos a Ucrania, así como 300 mdd en asistencia humanitaria.
El comunicado del G7, de donde se expulsó a Rusia en 2014 tras su invasión a la península ucraniana de Crimea, reiteró que “cualquier uso de armas químicas, biológicas o nucleares por parte de Rusia tendría graves consecuencias”. El grupo también condenó “la movilización parcial de los reservistas y la retórica nuclear irresponsable, que está poniendo en peligro la paz y la seguridad mundiales”.
Por su parte, el secretario general adjunto de la OTAN, Mircea Geoană, de Rumanía, elogió esta semana la estrecha cooperación entre la organización y la Unión Europea (UE), y pidió ampliar los lazos entre la UE y América del Norte ante los “desafíos cada vez más complejos, incluidos el terrorismo, el cambio climático, las nuevas tecnologías y las políticas coercitivas de China”.
Geoană informó que, al día de hoy, casi 600 millones de europeos viven en un país miembro de la OTAN, y que al consumarse la adhesión de Finlandia y Suecia (que debe ser por unanimidad), 96% de la población de la UE estará protegida por la alianza de seguridad colectiva. Al momento, 28 de los 30 miembros han ratificado el ascenso de ambas naciones, sin embargo, Turquía y Hungría siguen sin dar su respaldo a los escandinavos.
Por su parte, Vladímir Putin anunció este miércoles que su gobierno está listo para reanudar el suministro de gas a Europa vía Alemania, mediante un enlace al gasoducto Nord Stream 2. La propuesta fue rechazada rápidamente por Berlín. Christiane Hoffmann, portavoz del gobierno federal, dijo que “Rusia ya no es un proveedor de energía confiable, e incluso antes del daño al Nord Stream 1, ya no fluía gas”. Sobre la propuesta general de Putin, la funcionaria se limitó a decir “buen intento”.