A dos semanas de que iniciaron las protestas en contra el uso del velo, el presidente de Irán, Ebrahim Raissi, acusó a los “enemigos” de su país de “conspirar” para aislar a la nación y aseguró que fracasaron.
“Cuando la República islámica estaba superando los problemas económicos para volverse más activa en la región y en el mundo, los enemigos entraron al juego con la intención de aislar al país, pero fracasaron en esta conspiración”, informó.
En días pasados, el mandatario comentó que la muerte de Mahsa Maini, tras ser detenida el pasado 16 de septiembre por la Policía de la moral, había “entristecido” a todos. Sin embargo, se mostró implacable ante los reclamos de los manifestantes y aseguró que el “caos” de las protestas surgidas a lo largo y ancho del país “era inaceptable”.
Continúan las muertes
Al menos 92 personas han muerto en Irán por la represión de las manifestaciones que estallaron hace dos semanas, indicó la Organización no Gubernamental Iran Human Rights (IHR).
“La comunidad internacional tiene el derecho de investigar y de impedir que otros crímenes sean cometidos por la República islámica” de Irán, declaró Mahmud Amiry-Moghaddam, director de IHR basada en Noruega.
Condena presidente de Irán “caos” por protestas contra uso del velo
Bajan cortina
En el bazar de Tajrish, en la ciudad de Teherán, los comerciantes decaídos y afectados por manifestaciones.
Los negocios no van bien después del inicio el 16 de septiembre de las manifestaciones antigubernamentales desencadenadas por la muerte de Mahsa Amini, detenida por la policía de la moral por infracción al estricto código vestimentario para las mujeres.
“No iba muy bien antes a causa de la crisis económica que afecta nuestro país desde la imposición de las sanciones por Estados Unidos, pero ahora con las manifestaciones nuestro trabajo fue reducido a la mitad”, dice Mehdi en su tienda de camisetas.
Sentado en un taburete, y oortando una gorra, este comerciante de 53 años se lamenta: “algunos clientes venían en la noche, pero ya no vienen”.
Durante el día, la vida es normal en este mercado cubierto del norte de la capital iraní.
Los almacenes se llenan y los restaurantes igual. Policías antidisturbios, con cascos, están de pie frente a sus motocicletas sin intervenir.
Con información de 24 Horas Nacional
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