Javier Donlucas, un mexicano que ha dedicado su vida a la enseñanza de música a niños de escasos recursos y con discapacidad en la ciudad de Leópolis, Ucrania, decidió donar su dinero y abrir la escuela que fundó para que sirva de resguardo a los ucranianos que continúan bajo el acecho ruso.
Él fue uno de los 44 mexicanos ayudado por la cancillería y la Fuerza Área Mexicana para ser repatriado y escapar con su familia del ataque ruso en Kiev, el cual, aseguró, sí fue dirigido a la población civil.
“Ya que nos veníamos le dejé dicho a la subdirectora que a mí ya no me sirve el dinero ucraniano y las tarjetas ucranianas me las van a chingar, se van a devaluar, y antes de irme le dejé toda la lana y le dije ‘lánzate al súper y compra todo lo que puedas. Mételo a la escuela y abre la escuela para los refugiados’. Pagué la renta por adelantado y se están refugiando gente en la escuela, ahorita hay una familia adentro de la escuela”, relató el mexicano.
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El músico mexicano está especializado en la enseñanza infantil y tiene publicados dos libros de un método de enseñanza de piano más fácil.
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Antes de lograr pasar la frontera hacia Rumania, el mexicano supo que la escuela de música actualmente es ocupada como refugio de una familia y también posteó en un grupo de padres de niños que viven con autismo que las puertas están abiertas para quien lo desee.
“La escuela es para niños con discapacidades y también para chavitos ucranianos que no tienen oportunidad de clases de música”, explicó sobre su labor profesional y social en Ucrania.
Con información de agencias