Estados Unidos y México anunciaron este miércoles Sembrando Oportunidades, un programa de cooperación para el desarrollo que aborda las causas de la migración irregular desde el norte de Centroamérica.
En un comunicado conjunto, los dos países prevén «coordinar recursos de desarrollo y experiencia para ayudar a los ciudadanos del norte de Centroamérica a construir futuros prósperos en sus comunidades de origen».
La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Agencia Mexicana para el Desarrollo y la Cooperación Internacional (AMEXCID) tienen previsto comenzar en Honduras.
Descarta AMLO cierre de actividades por Ómicron
Se trata de brindar a los jóvenes hondureños «habilidades y experiencia que puedan conducir a un empleo a largo plazo, reduciendo el riesgo de migración irregular».
El objetivo es prestar asistencia a más de 500 mil jóvenes en riesgo en ese país.
Además, en el marco de Sembrando Oportunidades, Estados Unidos y México planean trabajar juntos en El Salvador, Guatemala y Honduras para «promover la buena gobernanza, un entorno empresarial propicio y una mayor inversión pública en sus comunidades desatendidas».
Con el tiempo el programa tiene previsto incluir actividades de ayuda a los pequeños agricultores y que fomenten la creación de empleo juvenil.
En El Salvador se promoverá la concesión de becas.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, insistieron en la importancia de abordar las causas de la migración durante la reciente Cumbre de los Líderes de América del Norte, en Washington.
Arranca el AMLOFEST con mariachi
Sembrando Oportunidades «representa nuestra visión compartida y compromiso conjunto para promover un desarrollo más inclusivo y sostenible en el norte de Centroamérica», afirma el comunicado de este miércoles.
El flujo de migrantes sin papeles, que huyen de la violencia y la pobreza, se multiplicó tras la llegada a la presidencia de Biden, quien prometió analizar sus casos.
Más de 190.000 migrantes han sido detectados por las autoridades mexicanas entre enero y septiembre, tres veces más que en 2020. Unos 74.300 han sido deportados.