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Daniel Montoya soñó, trabajó y lo consiguió. Él, junto con su equipo, obtuvieron el primer lugar de un programa Internacional de la National Aeronautics and Space Administration (NASA) y la empresa contratista AEXA, quienes buscan a preparatorianos y universitarios que innoven en este campo.

Después de realizar su sueño de llegar a la NASA, Daniel, quien estudió ingeniería en mecatrónica, regresó a Nogales, Sonora, donde radica actualmente, a la par de Lizeth Gómez, otra concursante originaria de Saltillo, Coahuila, quien también participó en el programa y obtuvo el segundo lugar.

Fueron 60 jóvenes nominados de diversos países, a quienes se les llevó al campamento Air and Space en el Centro de Espacio y Cohetes en Huntsville, Estados Unidos, para trabajar en la solución de problemas de índole aeroespacial con expertos de la NASA.

“La mayoría aún no terminaba sus estudios: mecatrónica, aeronáutica, sistemas, en el equipo teníamos una persona que había terminado de estudiar medicina(…) teníamos varias áreas que se complementaban de forma muy interesante(…) combinando las cualidades”.

En entrevista con 24 HORAS, Daniel relató que su proyecto se centró en el potencial que tiene la impresión 3D en gravedad cero; “hay un área de oportunidad ahí”.

El equipo del sonorense desarrolló un innovador módulo de aterrizaje. Es “un mecanismo parecido a las botellas de champú, rígidas pero con cierto mecanismo. Los módulos de aterrizajes son muy complejos(…) Lo que intentamos fue hacer que se redujeran esas partes movibles y por ende reducir la cantidad de variables que tenían. Entre menos variables más robusto es nuestro sistema, compensamos el peso con nuestro diseño; es básicamente un resorte nuestro sistema, pero con el diseño y la aplicación y materiales ya sirve en el espacio.

“Implicó muchas cosas. Tal vez no me sacaba muy buenas calificaciones en la escuela, pero sabía que podía lograr cosas muy grandes”, señaló.

 

Las mujeres hacen presencia

Por su parte, Lizeth Gómez, de solo 20 años, hizo lo propio y llegó hasta la NASA.

“Nunca creí formar parte de algo así de grande”, dijo.

Originaria de Coahuila, la estudiante de sexto semestre de Mecatrónica en el Instituto Tecnológico de Saltillo comentó tener un gran interés por esta área desde muy pequeña.

Explica Lizeth: el “proyecto que presenté para la convocatoria partió de las afectaciones en el ser humano por la radiación y microgravedad, a través de la adhesión de un nuevo material al traje espacial para que absorba las emisiones de radiación al que están expuestos los astronautas”.