Gustavo Petro, presidente de Colombia, renovó siete ministerios y se rodeó de viejos aliados políticos en medio de la peor crisis del gobierno que pena para implementar sus reformas de izquierda.
En el poder desde el 7 de agosto, el mandatario tiene dificultades para hacer realidad los cambios profundos que prometió en campaña sobre el sistema laboral, sanitario, de pensiones, justicia, entre otros. Los partidos tradicionales que apoyaron el arranque de su gobierno se fueron distanciando con el tiempo en el Congreso.
Entre los salientes destaca José Antonio Campo, un académico liberal que se desempeñaba como jefe del Ministerio de Hacienda y creaba consensos.
Petro aceptó también la renuncia de la ministra de Salud, Carolina Corcho, mientras el Congreso se opone a una reforma para reducir la participación privada en el sistema sanitario.
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Algunos de los ministros como el saliente Guillermo Reyes (Transporte) tienen lazos con los partidos que ahora se oponen a las reformas del gobierno.
Los gestos de Petro “generan una crisis inédita”, aseguró el presidente del Congreso, Roy Barreras. “No recuerdo” que un presidente “decrete la muerte de su coalición de gobierno” tan prematuramente, añadió.
Petro también suma reveses en sus intentos de hacer la paz con las organizaciones que siguieron en armas tras el histórico acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC en 2016.
Con información de 24 Horas Nacional
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